En el ámbito de la ciencia ficción y el discurso
tecnológico, dos obras fundamentales se destacan por explorar la relación entre
la humanidad y sus creaciones: el artículo de Vernor Vinge de 1993 “La
Singularidad Tecnológica que se Avecina: Cómo Sobrevivir en la era Posthumana” y el de Mary Shelley la novela “Frankenstein”
(1818). Ambos trabajos temen que la tecnología se salga de control.
Vernor Vinge y la singularidad tecnológica
El artículo de Vinge introduce el concepto de “Singularidad
Tecnológica”, un período futuro en el que el ritmo del cambio tecnológico será
tan rápido y su impacto tan profundo que la vida humana se transformará
irreversiblemente. Este cambio, según Vinge, estará impulsado por la creación
de entidades con una inteligencia superior a la humana.
Vinge predice que este evento ocurrirá dentro de treinta
años a partir del momento en que escribió, basándose en gran medida en el
progreso constante en el hardware informático. La Singularidad marcará el fin
de la era humana, ya que las nuevas inteligencias sobrehumanas seguirán
impulsando el progreso a un ritmo sin precedentes.
En enero de 2023 ChatGPT, una aplicación de Inteligencia
Artificial se había convertido en la App de consumo de más rápida expansión
conocida hasta la fecha, acumulando más de 100 millones de usuarios y
aumentando la valoración actual de la empresa OpenAI en 80 mil millones de
dólares.
Frankenstein y el miedo a la tecnología de Mary Shelley
Por el contrario, “Frankenstein” de Mary Shelley explora el
miedo a la tecnología desde una perspectiva más emocional y humanista. La
novela cuenta la historia de Victor Frankenstein, un científico que crea una
criatura sensible en un experimento científico poco ortodoxo. La criatura,
rechazada por Frankenstein y la sociedad, finalmente se vuelve contra su
creador, lo que tiene consecuencias trágicas.
La novela de Shelley sirve como una advertencia sobre la
ambición científica desenfrenada y los peligros potenciales de crear vida sin
comprender completamente las implicaciones. Encarna el “síndrome de
Frankenstein”, el miedo a que nuestras creaciones se conviertan en amenazas
para sus creadores y la sociedad en general.
La intersección de Vinge y Shelley
Si bien Vinge y Shelley abordan el tema desde diferentes
ángulos, sus trabajos se cruzan en su exploración del “Síndrome de
Frankenstein”. La Singularidad de Vinge representa un futuro potencial en el
que la tecnología ha avanzado más allá de la comprensión humana, dando lugar a
una nueva forma de vida que podría representar una amenaza para la humanidad.
De manera similar, Frankenstein de Shelley advierte sobre los peligros de crear
vida sin comprender plenamente ni asumir la responsabilidad de las consecuencias.
Figuras públicas y el miedo a la Inteligencia Artificial
Varias figuras públicas han expresado su preocupación por
los riesgos e implicaciones potenciales de la inteligencia artificial (IA):
Elon Musk: El director ejecutivo de SpaceX y Tesla ha
expresado abiertamente sus temores con respecto a la IA, afirmando que podría
ser la “mayor amenaza existencial” de la humanidad. Ha pedido una regulación
proactiva para garantizar el desarrollo seguro de la IA.
Stephen Hawking: El difunto físico advirtió que la IA podría
ser el peor evento en la historia de la civilización si no se gestiona
adecuadamente. Expresó su preocupación de que la IA pudiera superar a los
humanos y potencialmente reemplazarlos.
Bill Gates: El cofundador de Microsoft también ha expresado
su preocupación por la IA. Está de acuerdo con Elon Musk y Stephen Hawking en
que la gente debería preocuparse por la amenaza potencial a largo plazo que
plantea la IA.
Nick Bostrom: El filósofo y autor de “Superinteligencia:
caminos, peligros, estrategias” ha advertido sobre los riesgos de la IA
avanzada. Sostiene que una vez que las máquinas superen el intelecto humano,
podrían movilizarse y decidir nuestro futuro sin nosotros.
Sam Altman: El director ejecutivo de OpenAI ha hablado de la
necesidad de que la IA se desarrolle de forma que beneficie a toda la
humanidad. Ha advertido sobre los riesgos de que el desarrollo de la IA se
convierta en una carrera competitiva sin las precauciones de seguridad
adecuadas.
Estas personas destacan la importancia de un desarrollo y
una gestión cuidadosos y responsables de la IA para mitigar los riesgos
potenciales y garantizar que se utilice en beneficio de toda la humanidad.
El impacto de la IA en el empleo
El impacto de la inteligencia artificial (IA) en el empleo
es una cuestión compleja con implicaciones tanto positivas como negativas.
Por un lado, la IA y la automatización podrían afectar o
eliminar una parte importante de los puestos de trabajo. Las estimaciones de
alto nivel sugieren que una cuarta parte de los empleos estadounidenses podrían
verse afectados. A medida que la IA evolucione y más tareas entren en la
categoría de cosas que pueden automatizarse fácilmente, industrias laborales
enteras podrían desaparecer.
La transición también podría conducir a crecientes
desigualdades entre diferentes grupos de trabajadores. Si bien la IA no
necesariamente causa una pérdida generalizada de empleos, sí cambia la demanda
de ciertas habilidades y contribuye a un cambio del “trabajo”.
Además, la adopción de la IA puede aumentar las disparidades
en el mercado laboral entre los trabajadores que tienen las habilidades para
utilizar la IA de manera efectiva y los que no. Por lo tanto, garantizar que
los trabajadores tengan las habilidades adecuadas para trabajar con nuevas
tecnologías es un desafío político clave.Tanto La Singularidad Tecnológica de
Vinge como el Frankenstein de Shelley sirven como potentes recordatorios del
“Síndrome de Frankenstein”. Nos advierten sobre los peligros potenciales del
avance tecnológico desenfrenado y la creación de vida, instándonos a proceder
con precaución mientras navegamos por nuestro futuro distópico. Las opiniones
de estas figuras públicas subrayan aún más la necesidad de un enfoque
equilibrado y responsable para el desarrollo de la IA. El impacto de la IA en
el empleo pone de relieve aún más las complejidades y los desafíos que
enfrentamos en esta era de rápidos avances tecnológicos.